HABITAR LA CUARENTENA, TEORIZAR LA PANDEMIA
El año lectivo 2020 será diferente y al igual que con la cuarentena debemos encararlo en forma responsable y solidaria con el Otro.
Las prácticas sociales parecían tener una orientación bien definida en el discurrir de nuestro habitar y nuestro sistema socioeconómico. Las transformaciones dentro de su estructura se producían siguiendo esa dirección de un modo casi imperceptible. Algunas prácticas dejaban entrever inequidades e injusticias en nuestra cultura. Sólo en raras y excepcionales ocasiones, podíamos ver estos desajustes directamente a la luz y sin veladuras. Situaciones de injusticia estaban tan justificadas y aceptadas que casi resultaban naturalizadas en el seno de las distintas prácticas sociales. Construimos, de este modo, un sistema velado, cuyas hilachas mal cosidas se iban desprendiendo y quedando ocultas al envés de la tela. A veces alguna salía a la luz, por algún medio de comunicación no hegemónico o por algún individuo observador, pero rápidamente el sistema se encargaba de proporcionar nuevas justificaciones, solapando el hecho y reencausando la “normalidad”.
En medio de esta construcción social, abruptamente, una nueva Prescripción irrumpe y atraviesa la socialidad global toda, regulada por un invisible e intangible virus, transformó nuestras prácticas y dejó al descubierto un sistema socio económico inhumano. Lo que antes estaba dominado por la Globalización y el mercado hoy se vuelve frágil, las fronteras se cierran y se vuelve a valorizar lo regional, cada comunidad y cada individuo debe buscar auxilio y consuelo en el más cercano. Aquellas justificaciones que lo sostenían, construidas y reforzadas a lo largo de la historia parecen quedar suspendidas en el aire, al capricho de las brisas que las sostengan o la gravedad que definitivamente determine su caida . Toda verdad es puesta en duda.
Esta nueva prescripción trae consigo su justificación, una sistemática regulación basada en criterios sanitarios. Transversal, universal y aplicable a la mayoría de las prácticas humanas. De la noche a la mañana transformó nuestros comportamientos, conformaciones habituales fueron modificadas, se crearon nuevos discursos, incorporamos nuevas voces a nuestras prácticas cotidianas, transgredimos antiguas normas sin percatarnos siquiera de ello, para crear nuevas regulaciones. Hasta nos animamos a pensar que quizás, el sentido de nuestras prácticas también se haya modificado, que esto no sea una mera adaptación. Y nos deja perplejos, desnudada la desigualdad social. Quizas no sólo estos cambios incorporó a nuestra cotidianidad, quizás también se modificaron repentinamente nuestras concepciónes de tiempo y espacio.
Creemos que es el momento propicio para registrar las “nuevas” prácticas. Como diseñadores, resulta conveniente y pertinente, en estos tiempos, detener nuestra mirada para observarlas nuevamente. Probablemente arribemos solo a hipótesis precarias, temporales, parciales, porque aún el objeto de estudio se encuentra en pleno desarrollo y en ebullición . No podemos sacar conclusiones hacia dónde van ni cómo va a terminar definida la estructura de las prácticas sociales, pero si estamos convencidos de que esta es nuestra oportunidad de poder registrar el fenómeno de transformación de la socialidad bajo nuestra propia mirada. Este es el momento para que juntos podamos observar y pensar, para que esta pandemia no sea algo que simplemente nos pase sino algo que complejamente nos modifique, y así como parecería transformar la esencia de nuestras prácticas, nos animemos a proyectar una transformación más profunda para poder instaurar modos de habitar más plenos, justos y equitativos y solidarios.
Equipo Docente
Teoría del Habitar
22 de Junio 2020
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